Se trata de una de las medidas que crea más controversia cuando llega esta época del año. Son muchos los que la defienden y otros tantos los que la critican, pero ¿por qué se cambia la hora?
El primer cambio de hora tuvo lugar en la Primera Guerra Mundial. Concretamente fue el 30 de abril de 1916 cuando se cambiaron los relojes de todo el Imperio Alemán, el Imperio Austro-Húngaro, Bulgaria y Turquía, a los que siguieron más tarde el resto de países europeos y Estados Unidos. En cuanto a nuestro país, no contó con hora unificada hasta el siglo XX y el 15 de abril de 1918 se fijó un horario de verano de manera oficial, aunque hubo algunos años en los que se decidió no cambiar la hora. Con la Guerra Civil, incluso la zona republicana tenía una hora y los territorios franquistas otra y no fue hasta 1973 cuando se estableció un cambio de hora cada marzo y octubre.
En el momento actual los cambios de hora están marcados el último domingo de marzo, en el que se adelanta la hora (a las 2 a.m. pasan a ser las 3 p.m.) y el último domingo de octubre en el que se atrasa la hora (a las 3 a.m. serán las 2 a.m.)
¿Cuál es la razón del cambio de hora?
Lo que se intenta con estos cambios de hora en invierno y verano es aprovechar al máximo la luz solar. Uno de los primeros en defenderlo fue Benjamin Franklin que observó que al madrugar aprovechaba más horas de sol, lo que suponía un ahorro de energía.
En cuanto a si realmente se ahorra energía con estos cambios horarios, en España, el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de energía asegura que supone un ahorro energético del 5% durante el verano, lo que supondría ahorros significativos en la factura de la luz que ahora tanto preocupa a los consumidores.
Del otro lado se sitúan los que no están a favor de este cambio horario asegurando que no supone un ahorro tan significativo y que se consumiría más luz en las horas de la tarde, entre otras cuestiones.
A favor o en contra, el domingo 27 de marzo tocará cambiar las agujas de los relojes y adelantarlos una hora.