La iluminación de áreas de trabajo como zonas industriales o almacenes es vital para que se pueda trabajar de forma correcta y, sobre todo, para evitar accidentes.
En este tipo de centros de trabajo debe haber una iluminación uniforme que no produzca sombras y, dependiendo de las exigencias de la tarea, una iluminación localizada para los trabajadores. Para ello se deben cumplir una serie de puntos:
- Luz suficiente para poder trabajar. Una mala iluminación puede generar cansancio visual y aumentar la probabilidad de accidentes.
- Fuentes de luz apantalladas: la luz no puede deslumbrar a los trabajadores. La iluminación con paneles en forma “panel de abeja” son una buena solución.
- Temperatura de color: teniendo en cuenta que los empleados pasarán ocho horas diarias bajo esas luces.
- Efecto estroboscopio: este fenómeno se produce cuando hay un apagado secuencial de la luz, como un parpadeo. Ocurre sobre todo con fluorescentes y provoca cansancio visual. Por ello la solución más utilizada suele ser el LED.
- Trabajos minuciosos: necesitan puntos lumínicos específicos según la tarea.
- Necesidad de ver irregularidades.
Para una iluminación industrial óptima, la iluminación general que no deberá producir sombras y, si es necesario, se deberá colocar una luz directa para los trabajadores.
- Luz general: debe ser una iluminación difusa y que no cree sobras. La iluminación “panel de abeja” distribuye la luz y evita deslumbramientos.
- Luz directa: es aquella que incide directamente en el empleado. Hay que evitar que produzca sombras muy duras.
Por supuesto uno de los factores que determinarán en gran medida la iluminación de nuestro almacén o zona industrial será la altura de los techos. Para industrias con techos de 5 o 6 metros es mejor una iluminación con ángulo de apertura reducido. Si la altura es de 2 o 3 metros, son válidos productos con un ángulo de apertura de 120º para que ilumine bien toda la instalación.
Con respecto a la temperatura de color, lo mejor es usar el blanco frío o el blanco natural.
- Blanco frío: ayuda a que la vista no se canse. Perfecto para lugares donde el trabajo sea muy minucioso.
- Blanco natural: se adapta a cualquier estancia y no altera los colores de los productos. Perfecto si necesitamos que los artículos se vean tal y como son.